16 Ago Muelas del juicio, por qué las tenemos y para qué sirven
Las muelas del juicio son uno de los signos inequívocos de que nos hacemos mayores. Sin embargo, no siempre se conoce ni su utilidad, ni su razón de ser. A continuación, explicamos todas sus características para que descubras para qué sirven las muelas del juicio y, a buen seguro, más de un secreto sobre estos molares.
¿Para qué sirven las muelas del juicio?
La respuesta es triste, pero cierta: para nada. En el origen del hombre, nuestros ancestros los australopithecus no comían la misma comida que nosotros y disponían de un tercer molar de mayor tamaño poder morder alimentos con una textura más resistente. El cambio en la dieta humana provocó que nuestros maxilares redujeran su tamaño, lo que terminó provocando que no necesitáramos cuatro muelas más para comer mejor.
Además, como curiosidad, no siempre salen: hay personas que no las tendrán jamás, por motivos genéticos o por enfermedades en la encía. Si bien esta peculiaridad se confunde en ocasiones con la agenesia, el verdadero motivo no es otro que el de la simple evolución del ser humano.
Los científicos parecen confirmar que dentro de una serie de generaciones nadie tendrá muelas del juicio. Sin embargo, ahora sí las tenemos y pueden crear distintos problemas de salud dental como los que comentamos en el siguiente apartado.
¿Qué tipo de problemas generan las muelas del juicio?
Como venimos indicando, la reducción del tamaño de los maxilares puede provocar molestias y anomalías diversas como:
– El nacimiento parcial de la muela. Al surgir solo fragmentos, se convierte cada muela en un depósito de suciedad de complicada limpieza y en una fuente de bacterias. La visita al dentista es obligada para controlar la evolución de este tipo de dolencias que pueden tener un desarrollo poco recomendable.
– El desplazamiento del resto de piezas dentales. En no pocas ocasiones, es necesario usar tratamientos de ortodoncia para corregirlo. Además, cambia la capacidad de masticación y no siempre resulta fácil recuperarla sin el apoyo de un profesional.
– La inflamación de las encías. Este síntoma requiere de la supervisión de un odontólogo que decidirá cuáles son las medidas a poner en práctica. Los tratamientos con analgésicos, así como de limpieza dental, son los más recomendados por lo general.
– La extracción. Si la muela se queda en el interior de la mandíbula no es necesaria, pero sí cuando se observa que no va a poder salir totalmente. Tras la intervención se pueden recetar antibióticos, dieta líquida y reposo para facilitar la correcta cicatrización de la zona.
Lo único confirmado es que los últimos dientes que nos salen son, precisamente, los que más problemas nos pueden provocar. La forma de la boca, la necesidad de limpiarlos de forma exhaustiva y otro tipo de incidencias relacionadas no dejan de ser problemas de cierta seriedad si apuestas por no visitar al especialista.
Esperamos haberte aclarado todo lo que necesitas saber sobre las muelas del juicio. Si estás notando ya ciertas molestias y te gustaría saber qué puedes hacer para evitarlas, no dudes en pedirnos una cita. Nuestros odontólogos estarán encantados de atenderte y de encontrar la mejor solución.
Sorry, the comment form is closed at this time.